GLORIA IN EXCELSIS DEO: Gloria (Liturgia - Marcelo Cid)
ANTÍFONA DEL SALMO: Gusten y vean (Salmo 33 - Marcelo Cid)
ANTES DEL EVANGELIO: Aleluya ("Epístola", Juan 6,63.68 - Marcelo Cid)
DESPUÉS DEL EVANGELIO: Tú tienes palabras de vida (Glenda Hernández)
ORACIÓN UNIVERSAL: Oh Señor (Liturgia - Marcelo Cid)
PRESENTACIÓN DE DONES: Te ofrecemos, Señor, este pan
SANCTUS: Santo ("Marcha", Liturgia)
ACLAMACIÓN CONMEMORATIVA: Anunciamos tu muerte (Liturgia)
GRAN AMÉN: Amén ("Por Cristo tradicional", Liturgia)
DOXOLOGÍA: Tuyo es el Reino ("La Mesa de todos", Liturgia - Cristóbal Fones)
AGNUS DEI: Cordero de Dios (Liturgia - Gabriel Mendoza)
COMUNIÓN: Sígueme
REFLEXIÓN: Señor, ¿a quién iremos? (Paula Richards - Cristóbal Fones)
ENVÍO: Auxiliadora de la Iglesia
LECTURAS
Salmo: Salmo 33,2-3.16-23
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Los ojos del Señor miran al justo y sus oídos escuchan su clamor; pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. R.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. R.
El justo padece muchos males, pero el Señor lo libra de ellos. Él cuida todos sus huesos, no se quebrará ni uno solo. R.
La maldad hará morir al malvado, y los que odian al justo serán castigados; pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán castigados. R.
2ª Lectura: Efesios 5,21-33
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Evangelio: Juan 6,60-69
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Después de escuchar la enseñanza de Jesús, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?». Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen». En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?». Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios».
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