GLORIA IN EXCELSIS DEO: Gloria (Liturgia - Marcelo Cid)
ANTÍFONA DEL SALMO: Tú eres sacerdote para siempre (Salmo 109 - Marcelo Cid)
ANTES DEL EVANGELIO: Aleluya ("Tu Palabra", Juan 6,51)
DESPUÉS DEL EVANGELIO: En el desierto (Hermana Glenda)
ORACIÓN UNIVERSAL: Oh Señor (Liturgia - Marcelo Cid)
PRESENTACIÓN DE DONES: Pan y Vino
SANCTUS: Santo ("Hosanna", Liturgia)
ACLAMACIÓN CONMEMORATIVA: Anunciamos tu muerte (Liturgia - Marcelo Cid)
GRAN AMÉN: Amén (Liturgia - Marcelo Cid)
PATER NOSTER: Padre Nuestro (Sagrada Escritura - Gabriel Mendoza)
DOXOLOGÍA: Tuyo es el Reino (Liturgia - Marcelo Cid)
AGNUS DEI: Cordero de Dios ("Lento", Liturgia)
COMUNIÓN: Cantando voy feliz
REFLEXIÓN: Hagan esto en memoria mía (Jorge Mendez - Cristóbal Fones)
ENVÍO: Como tú (Grupo Betsaida)
Salmo: Salmo 109,1-4
Dijo el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies”. R.
El Señor extenderá el poder de tu cetro: “¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos!”. R.
“Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; Yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora”. R.
El Señor lo ha jurado y no se retractará: “Tú eres sacerdote para siempre, a la manera de Melquisedec”. R.
2ª Lectura: 1 Corintios 11,23-26
Hermanos: Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía”. Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva.
Palabra de Dios.
Éste es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos: es el verdadero pan de los hijos, que no debe tirarse a los perros. Varios signos lo anunciaron: el sacrificio de Isaac, la inmolación del Cordero pascual y el maná que comieron nuestros padres. Jesús, buen Pastor, pan verdadero, ten piedad de nosotros: apaciéntanos y cuídanos; permítenos contemplar los bienes eternos en la tierra de los vivientes. Tú, que lo sabes y lo puedes todo, Tú, que nos alimentas en este mundo, conviértenos en tus comensales del cielo, en tus coherederos y amigos, junto con todos los santos.
Aleluya.
Evangelio: Lucas 9,11-17
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser sanados. Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto”. Él les respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Pero ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente”. Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Háganlos sentar en grupos de alrededor de cincuenta personas”. Y ellos hicieron sentar a todos. Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.
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