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Aquí encontrarás los cantos que semana a semana cantamos en la Eucaristía Dominical.
Haz clic sobre el nombre de cada canción y encontrarás su letra (y en algunos casos el audio).





Esquema de Cantos Domingo 27/12/09

Sagrada Familia de Jesús, María y José
Ciclo C
ENTRADA: A Jesús Niño (Grupo Betsaida)
KYRIE:
Señor ten piedad (Liturgia - Canto de Taizé)
GLORIA IN EXCELSIS DEO: Gloria (Liturgia - A. Nebreda)
SALMO: Felices (Salmo 83 - Marcelo Cid)
ANTES DEL EVANGELIO:
Aleluya (Cfr. Hechos 16,14 - Fernando Leiva)
DESPUÉS DEL EVANGELIO: En familia (Marcelo Cid)

ORACIÓN UNIVERSAL: Escúchanos Señor (Liturgia - Marcelo Cid)
PRESENTACIÓN DE DONES: Vengo de lejos (Felipe Castro - Andrés Castro)
SANCTUS:
Santo (Liturgia - Fernando Leiva)
ACLAMACIÓN CONMEMORATIVA:
Anunciamos tu muerte (Liturgia)
GRAN AMÉN:
Amén ("Por Cristo tradicional", Liturgia)
DOXOLOGÍA: Tuyo es el Reino ("La Mesa de todos", Liturgia - Cristóbal Fones)
AGNUS DEI:
Cordero de Dios (Liturgia - Grupo Betsaida - Claudio Jiménez)
COMUNIÓN:
Gloria cantan (Tradicional Francés)
REFLEXIÓN:
¿No sabéis quien soy?
(Rodrigo Joglar Pérez)
ENVÍO: María mírame (Grupo Betsaida)


Color: Blanco


LECTURAS

1ª Lectura: 1 Samuel 1,20-22.24-28

Lectura del primer libro de Samuel.

En aquellos días, Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: «Se lo he pedido al Señor». El marido, Elcaná, subió con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cumplir su voto. Pero Ana no subió, porque dijo a su marido: «No iré hasta que el niño deje de mamar. Entonces lo llevaré y él se presentará delante del Señor y se quedará allí para siempre». Cuando el niño dejó de mamar, lo subió con ella, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, y lo condujo a la Casa del Señor en Silo. El niño era aún muy pequeño. Y después de inmolar el novillo, se lo llevaron a Elí. Ella dijo: «Perdón, señor mío, ¡por tu vida, señor!, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti, para orar al Señor. Era este niño lo que yo suplicaba al Señor, y Él me concedió lo que le pedía. Ahora yo, a mi vez, se lo cedo a Él: para toda su vida queda cedido al Señor». Después se postraron delante del Señor.

Palabra de Dios.

Salmo: Salmo 83,2-3.5-6.9-10

R. ¡Señor, felices los que habitan en tu Casa!

¡Qué amable es tu Morada, Señor del Universo! Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor; mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente. R.


¡Felices los que habitan en tu Casa y te alaban sin cesar! ¡Felices los que encuentran su fuerza en ti, al emprender la peregrinación!
R.

Señor del universo, oye mi plegaria, escucha, Dios de Jacob; protege, Dios, a nuestro Escudo y mira el rostro de tu Ungido. R.


2ª Lectura: 1 Juan 3,1-2.21-24

Lectura de la primera carta de san Juan.

Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y Él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es éste: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Palabra de Dios.

Aleluya: Cfr. Hech 16,14

Aleluya

Señor, toca nuestro corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.


Evangelio: Lucas 2,41-52

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de Él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» Ellos no entendieron lo que les decía. Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

Palabra del Señor.

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