KYRIE: Oh Señor ten piedad (Liturgia - Rodrigo Vilches)
GLORIA IN EXCELSIS DEO: Gloria (Liturgia - Cristóbal Fones)
ANTÍFONA DEL SALMO: En el Señor se encuentra (Salmo 129 - Marcelo Cid)
ANTES DEL EVANGELIO: Aleluya (Lucas 1,42 - Cristóbal Fones)
DESPUÉS DEL EVANGELIO: Con María sí (Joaquín Alliende - Grupo Betsaida)
ORACIÓN UNIVERSAL: Señor escúchanos (Cristóbal Fones)
PRESENTACIÓN DE DONES: Te presentamos la vida (Alex Vigueras)
SANCTUS: Santo ("Hosanna", Liturgia)
ACLAMACIÓN CONMEMORATIVA: Anunciamos tu muerte (Liturgia - Marcelo Cid)
GRAN AMÉN: Amén (Liturgia - Marcelo Cid)
PATER NOSTER: Padre Nuestro (Sagrada Escritura - Gabriel Mendoza)
DOXOLOGÍA: Tuyo es el Reino (Liturgia - Marcelo Cid)
AGNUS DEI: Cordero de Dios (Liturgia - Claudio Jiménez - Grupo Betsaida)
COMUNIÓN: Consagrados a Ti (Cristóbal Fones)
REFLEXIÓN: Ahí tienes a tu Madre (Hermana Glenda)
ENVÍO: Contigo, Virgen del Carmen (Joaquín Alliende - Eugenio Rengifo)
Al tercer año, la palabra del Señor llegó a Elías, en estos términos: “Ve a presentarte a Ajab, y Yo enviaré lluvia a la superficie del suelo”. Entonces Elías partió para presentarse ante Ajab y le dijo: “Sube a comer y a beber, porque ya se percibe el ruido de la lluvia”. Ajab subió a comer y a beber, mientras Elías subía a la cumbre del Carmelo. Allí se postró en tierra, con el rostro entre las rodillas. Y dijo a su servidor: “Sube y mira hacia el mar”. Él subió, miró y dijo: “No hay nada”. Elías añadió: “Vuelve a hacerlo siete veces”. La séptima vez, el servidor dijo: “Se eleva del mar una nube, pequeña como la palma de una mano”. Elías dijo: “Ve a decir a Ajab: Engancha el carro y baja, para que la lluvia no te lo impida”. El cielo se oscureció cada vez más por las nubes y el viento, y empezó a llover copiosamente. Ajab subió a su carro y partió para Izreel. La mano del Señor se posó sobre Elías; él se ató el cinturón y corrió delante de Ajab hasta la entrada de Izreel.
R. En el Señor se encuentra la misericordia.
Desde lo más profundo te invoco, Señor. ¡Señor, oye mi voz! Estén tus oídos atentos al clamor de mi plegaria. R.
Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir? Pero en ti se encuentra el perdón, para que seas temido. R.
Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. Mi alma espera al Señor, más que el centinela la aurora. R.
Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Señor, porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia: Él redimirá a Israel de todos sus pecados. R.
2ª Lectura: Gálatas 4,4-7
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abba!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Aleluya.
Evangelio: Juan 19,5-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario